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viernes, 27 de marzo de 2009

Caleb, parte 1

Dos semanas antes

Un suave tintineo en la ventana, una hoja cayendo suavemente por el frío aire matutino, casi flotando, planeaba hacia el suelo. Cuan pequeña e insignificante parecía su acción, pero con su caída, una paloma despertaba, esparciendo sus alas y volando hacia una ventana adonde solía ver el amanecer. Tranquila y silenciosamente el ave pasaba sus ojos de un lado a otro, saboreando la intacta imagen de la ciudad dormida, como si pudiese razonar lo que ocurría, emitió un leve canto que levanto a las demás aves, que se sumaron a ella. Todas emprendieron su vuelo y pasaron por una calle en la que transitaba decadentemente un joven con un objeto en su mano derecha y un anciano con una bolsa de pan recién horneado.
- Buen día joven- Dijo el anciano mientras caminaba, sin percatarse de que este chico, infeliz y deprimente portaba un arma.
-No me hables, viejo...-Fue lo que dijo antes de dejar al anciano en el suelo y con una bala en su pecho. Otro homicidio sin sentido despertaba a la ciudad bonaerense.

En su cuarto, Caleb se despertó sobresaltado por el sonido. Al ser un sábado la casa estaba inmersa en un silencio que nadie se atrevía a romper, excepto la fría realidad del exterior. Esto obligó a Caleb a levantarse y ver el reloj: las 6.50 am. Con un involuntario esfuerzo se levantó para ir hacia la ventana. Varios policías estaban rodeando la esquina de su cuadra mientras un halo de luz entraba a su cuarto y lo bañaba de calidez. Sin saber lo que pasó, Caleb volvió a acostarse conciliando el sueño con rapidez. Soñó que estaba en el mar, con olas cálidas que lo mecían con suavidad mientras a lo lejos se veían incoherencias como un sol con gafas oscuras, ovejas haciendo de nubes y delfines cantando una melodía de cuna. Parecía que todo en su mente intentaba hacerlo dormir un poco más.
Más tarde, en el cuarto adyacente, su hermana Atlanta se levanta para ir al baño, del cual salió con cara de dormida.
Tras un trabajado desayuno, la joven se va a ver la tele esperando a que Caleb se levante, lo cual no ocurrió sino hasta el mediodía.
-Hola Atlis.
-Al fin te levantaste!! Estuve esperando un montón para que te levantaras...
-Y por qué tanto apuro?
-Porque mami se fue a trabajar y nos dejó plata para salir a pasear...
-Ahh, ok, ¿y qué tenés ganas de hacer?
-Quiero ir a comprar algo a Camelot...
-Por mi está bien -Le dijo Caleb sonriendo.
-Ok, voy a cambiarme -Respondió Atlanta devolviéndole la sonrisa.
-Tomate tu tiempo porque yo tengo que desayunar- Dijo él mientras buscaba algo que desayunar.

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