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jueves, 20 de agosto de 2009

Amenaza

El suelo del campo seguía húmedo. El rocío bañaba las antiguas maderas que componían el porche de la casa del abuelo. Los hermanos Wedge estaban jugando a las cartas en la cocina. Su madre había salido y el abuelo dormía una siesta.
- Chancho… va – dijo Atlanta mientras tiraba su carta al suelo para que Dafne perdiese tiempo buscándola.Habían pasado mas de uno hora jugando y no se le ocurría nada más que hacer.
- Ya me aburrí – Caleb se agarró el rostro con la mano derecha y miró hacia fuera. – ¿Qué estará pasando con los demás? No me llegó ningún mensaje de nadie… los tendríamos que llamar, ¿no?
- Me parece una buena idea – le contestó Atlanta mientras ordenaba las cartas en la baraja. – Dafne, anda a ver la tele que tenemos que hablar.
- Siempre me tratan como a una nena… - renegó saliendo hacia la sala de estar.
Caleb marcó el número de Haley y esperó a que lo atendiese.
- ¿Hola? ¿Caleb?
- Hola, Haley, queríamos saber como están…
- Soy Amy, Haley está llorando en su cuarto... no me quiere decir que le pasa. Recién estuve intentando comunicarme con Lizzie o Phillip, pero ninguno de los dos contesta. Resulta que nos vinieron a atacar un par de vampiros. Igualmente los maté a todos.
- Que?!?!
- Pone el altavoz – le dijo Atlanta al ver la expresión de su hermano.
- No te preocupes, no es nada.
- ¿Cómo no va a ser nada? – Le preguntó – Estamos hablando de vampiros.
- Chicos, les digo que no se preocupen, está todo bajo control.
- Amy… ni vos te crees ese verso. Tenés a Haley llorando y ni sabes el porqué.
- No te metas, ok? – le gritó Amy antes de cortarle.
- Me cortó…
- Que histérica… bueno… llamemos a otro.
- ¿Pero si es algo grave?
-Si fuese grave no creo que se pusiera a hablar con esa tranquilidad. Intentá con otro.
- Voy a intentar comunicarme con David y Dylan.
- Ok, pero hablo yo – le dijo mientras tomaba el teléfono. – ¿Hola? ¿Cómo estas David?
- Hola... – La respuesta llegaba entrecortada por la falta de señal, y entre las palabras solo oía estática – estoy con… no puedo hablar… Dylan… casa de Alan…
-¿Qué? No te entiendo nada Qué pasa con la casa de Alan?
- Dylan… está ahí – fue la respuesta previa al corte de comunicación.
Los hermanos se miraron y supieron lo que el otro pensaba.
-Tenemos que ir – Atlanta se levantó bruscamente y tomó un abrigo, pero al intentar salir de la habitación, una especie de manta transparente la repelió nuevamente hacia la mesa. Caleb sacó su revólver y se asomó por la puerta, pero lo que vio del otro lado solo sirvió para espantarlo: Dafne estaba contra una pared con un alambre de púas en el cuello y su abuelo flotaba inerte en el aire. La escena concluía con la figura de Gertrude en la sala de estar, con ambos brazos elevados hacia sus victimas.

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