Buscar este blog

miércoles, 24 de junio de 2009

Huída

Tras el incidente en la mansión de Alan, los jóvenes huyeron atemorizados hacía el instituto.
- Esto no es seguro- dijo Caleb mientras corrían por la calle.
- Es el lugar más cercano que tenemos - le respondió Dylan.
- Nuestra casa está a unas cuadras. - Atlanta jadeaba por el esfuerzo de la huida - doblemos en aquella esquina.
Todos siguieron corriendo hasta llegar a la casa de la familia Wedge.
- Dafne, abrinos. - Gritó Caleb desde el portón.
- Ahi voy, ahí voy. - La cara de Dafne pasó por cada uno de los chicos y se posó con horror en la figura de Lizzie, que yacía sangrando en brazos de Zach. - ¿Qué es eso? - Preguntó con miedo.
-Dafne, abri la puerta y te contamos - le dijo Atlanta mientras intentaba recuperar el aliento.
La niña abrió la puerta y se quedó con la mirada fija en Lizzie.
- Vamos a necesitar un par de toallas y tijeras para cortar estos hilos - dijo Amy mientras ayudaba a Zach a apoyar el cuerpo de Lizzie en el sillon. Rapidamente Atlanta fue a buscar lo necesario mientras los demas hablaban sobre lo sucedido.
- Deberíamos llevarla al médico, esto no es sano, se va a infectar su herida - dijo Caleb mientras veía los sangrantes cortes en su rostro.
- ¿Y que les vamos a decir? ¿Que nos atacó una bruja desquiciada? - Preguntó Megan sollozando.
- Megan, tranqulizate, ya no va a venir - intento consolarla Emily.
- ¿Que no va a venir? ¿Pero ustedes se olvidan de Lillah y Phillip? ¿Se creen que después de eso no va a volver por nosotros? - Les dijo Dylan enfurecido. - Ya deben estar viniendo aca, tendriamos que estar viendo como sobrevivir y no seguir perdiendo el tiempo.
- ¿Lizzie se está muriendo y vos solo pensas en salvarte a vos mismo, Dylan? - Le prefuntó Megan - Nosotros tambien tenemos miedo, pero intentamos ayudar a Lizzie, si tanto queres salvarte huí vos solo.
De repente el timbre de la casa sonó y todas las miradas se dirigieron hacia la puerta. Cinco largos e interminables segundos pasaron frente a todos hasta que Caleb se levantó para ver quien era. Su corzón parecía querer salir de su pecho, no podía contener los nervios.
- Chicos, somos nosotros - La inconfundible voz de David se escuchó al otro lado de la puerta. Un suspiro colectivo lleno la sala y Caleb abrió con tranquilidad.
- Chicos, los vimos corriendo por la calle, ¿está todo bien? - Preguntó Haley.
- Pasen que ahora les cuento.

Read more...