Página 3 del diario de Lizzie:
Tarde un poco en recodar lo ocurrido, y ahora hubiese querido no haberlo hecho. Es inexplicable la sensación de tener los labios cocidos, los brazos inmóviles, y peor es la impotencia, saber que no podía hacer nada.
La noche que desperté en la casa de Atlanta y Caleb fue... extraña. Todos se quedaron viéndome, no sabían porque mis heridas habían desaparecido, ni siquiera yo misma lo entendía en aquel entonces, pero ahora, a un mes de eso todo está más claro y ya se lo que debo hacer.
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lunes, 6 de julio de 2009
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